SOLO / SÓLO Y LOS PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS




La palabra "solo", tanto cuando es adverbio y equivale a "solamente" (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo que significa "soledad" (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, cuando funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras bisílabas llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio "sólo" y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo "solo" y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes:

Trabaja sólo los domingos. (Trabaja solamente los domingos)

En este ejemplo se intentaba evitar la confusión con

Trabaja solo los domingos. (Trabaja sin compañía los domingos)

Otro ejemplo:

¿Por qué compraron aquéllos libros usados?
(aquéllos es el sujeto de la oración)

Frente a

¿Por qué compraron aquellos libros usados?
(el sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo libros en función adjetiva).

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio "sólo" y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto "solo" como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora (2010) se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad.

La recomendación general es, pues, la de no tildar nunca estas palabras.


Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar, son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.

Leé los siguientes versos correspondientes a canciones de rock argentino y pensá si en cada caso "solo" funciona como adverbio (solamente) o como adjetivo (solo, sin compañía).




En relación con lo aprobado en el pleno de la RAE del 2 de marzo de 2023:



DUDAS RÁPIDAS

¿Se puede escribir «solo» con tilde?

Cuando "solo" funciona como adjetivo, no se tilda; cuando funciona como adverbio, puede tildarse únicamente si hay riesgo de ambigüedad, pero se recomienda no tildarlo ni siquiera en esos casos y resolver la ambigüedad de otra manera.

ESCRITURA DE LOS NÚMEROS



Para tener en cuenta:

1. Los números del 16 al 30 deben escribirse en una sola palabra (adviértase que la escritura respeta las reglas generales de la acentuación):
dieciséis, diecisiete, dieciocho, veintiuno, veintidós, veintinueve

Desde el número 31 en adelante, se escriben en tres palabras, salvo los múltiplos de diez.

treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres, cuarenta, cincuenta

2. La Real Academia Española acepta indistintamente las formas 25º (vigesimoquinto) aniversario, lo mismo que 25 (veinticinco) aniversario; sección 5ª (quinta) o sección 5 (cinco).

Y a propósito de los ordinales, conviene aclarar que el “circulito” que se coloca junto al número cardinal (7º) no es un cero ni un cerito, sino una letra "o" volada, que en los femeninos se convierte en una "a" (7ª).
En ningún caso se utilizarán letras voladas tras los números romanos. No se escribirá, pues, IIIª parte.

3. Los números cardinales —como sustantivos— tienen singular y plural y aunque su uso no es muy frecuente, conviene tenerlos en cuenta al redactar un texto:

el dos, los doses
el cuatro, los cuatros
los seis, los seises
el diez, los dieces
el doce, los doces

4. El nombre del número 100 es ciento, que se apocopa delante de sustantivos: cien gatos. En el caso de los porcentajes, debe decirse veinticinco por ciento, diez por ciento, ciento por ciento, aunque en España también se acepta decir veinticinco por cien, diez por cien, ciento por cien.

5. No se deben mezclar palabras con cifras o signos: es un error escribir 20 mil, quince %, en vez de 20.000 o veinte mil, 15% o quince por ciento.

6. Para la designación de reyes, papas, siglos, etc., se emplean números romanos. No se escribe siglo 21, Alfonso 12, Juan 23; sino siglo XXI, Alfonso XII, Juan XXIII.

7. Como se dijo en la parte de acentuación de las palabras compuestas, cuando una palabra de significación independiente pase a formar parte de una palabra compuesta, pierde el acento ortográfico que pueda corresponderle y el vocablo compuesto se acentúa según las reglas generales para las palabras agudas, graves y esdrújulas:

diez + seis = dieciséis (palabra aguda terminada en “s”)
veinte + dos = veintidós (palabra aguda terminada en “s”)
décimo + séptimo (se puede escribir separado) = decimoséptimo (palabra esdrújula)



ACENTUACIÓN DE LOS ADVERBIOS TERMINADOS EN "-MENTE"


Se debe tener en cuenta que estos adverbios son las únicas palabras en nuestro idioma que tienen dos acentos prosódicos (dos sílabas tónicas): uno recae sobre el adjetivo que dio origen al adverbio y el otro sobre el morfema -mente.

bilmente, responsablemente

Pero como se sabe, en nuestro idioma no existen las palabras que contengan doble acento ortográfico, por lo que el caso de estos adverbios terminados en -mente constituyen una excepción a las reglas generales de la acentuación, ya que el adjetivo base mantendrá siempre su acento ortográfico (tilde) toda vez que lo lleve originalmente:

Rápido + mente = rápidamente
Ágil + mente = ágilmente
Cortés + mente = cortésmente


Si se tuviera en cuenta únicamente la sílaba tónica de la terminación -mente, ninguno de estos adverbios se escribiría con tilde por tratarse de voces graves o llanas acabadas en vocal (justamente por eso son una excepción).

Si el adjetivo base no poseía acento ortográfico, tampoco lo llevará el adverbio terminado en -mente:

Desesperado + mente = desesperadamente
Bueno + mente = buenamente



ACENTUACIÓN EN VERBOS CON PRONOMBRES ENCLÍTICOS



Empecemos por saber qué significa "enclítico": pospuesto, partícula átona que se une a una palabra anterior (tónica) y que forma un todo, es decir, una sola palabra.
Los pronombres que pueden ser enclíticos son: me, te, se, lo/s, la/s, le/s, nos, os.
Cuando uno de estos pronombres -que son átonos- van pospuestos al verbo, se escriben unidos y forman una sola palabra gráfica. El acento prosódico de la palabra resultante va a coincidir con el del verbo, que es el único elemento tónico presente en estas formas complejas:

da + me --- dame
comé + te + lo --- comételo
bajando + se --- bajándose
bajá + te --- bajate
hacé + la --- hacela

Se debe dejar en claro que los verbos con pronombres enclíticos se someten a las reglas generales de la acentuación, de modo que llevarán o no tilde según sea la palabra resultante, con independencia de cómo se acentúe gráficamente la forma verbal sin los pronombres.

Veamos por qué llevan o no tilde los ejemplos anteriores:

"dame" no lleva tilde por ser palabra grave terminada en vocal (el monosílabo "da" tampoco lo llevaba).
"comételo" lleva tilde por ser palabra esdrújula (el verbo "comé" también lo llevaba por ser palabra aguda terminada en vocal).
"bajándose" lleva tilde por ser palabra esdrújula ("bajando" no llevaba tilde por ser grave terminada en vocal).
"bajate" no lleva tilde por ser palabra grave terminada en vocal ("bajá" sí llevaba tilde por ser palabra aguda terminada en vocal).
"hacela" no lleva tilde por ser palabra grave terminada en vocal ("hacé" sí llevaba tilde por ser palabra aguda terminada en vocal).


Aclaración para tener en cuenta

Las formas del imperativo de la segunda persona de singular características del voseo no constituyen una excepción a esta pauta y se someten igualmente a las reglas de acentuación.
Así, cuando se usan sin enclíticos, se escriben con tilde por ser palabras agudas terminadas en vocal: pensá, volvé, decí.
Cuando se les agrega un pronombre enclítico se escriben sin tilde por ser palabras graves terminadas en vocal o en -s: pensalo, volvete, deciles.
Si se les añade más de un enclítico, se deberán tildar por ser esdrújulas o sobresdrújulas: pensátelo, decímelo, llevándomela.

Vale aclarar también que esta regla de acentuación se dispuso a partir de 1999, ya que antes de ese año las formas verbales con enclíticos conservaban la tilde si el verbo originario la tenía: bajáte (hoy, incorrecto).

Fuente: RAE

ACENTUACIÓN DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS

 ACENTUACIÓN DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS




Las letras mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas ortográficas. El empleo de mayúsculas no exime de poner tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación. La R.A.E. nunca ha establecido algo en contrario.

Ejemplos:
Álvaro; SÁNCHEZ; África; PERÚ; OCÉANO ATLÁNTICO. 

LA ESCRITURA DE LOS PREFIJOS



PREFIJOS

Los sufijos y los prefijos no son palabras, sino elementos afijos que carecen de autonomía, que necesariamente deben unirse a una base léxica a la que aportan diversos valores significativos, dando lugar a nuevas palabras. El proceso de formación de voces nuevas a partir de sufijos o prefijos se denomina derivación.

Los sufijos se unen por detrás de la base (dormitorio, noviazgo, tantísimo, trigal) y los prefijos, por delante (antinatural, contraindicación, desatar, reabrir, superaburrido).

En el caso particular de voces prefijadas (es decir, palabra formada por prefijo + base), los prefijos deben escribirse siempre soldados gráficamente a la base que afectan: anormal, antiácido, coarrendatario, contraindicación, disconforme, excombatiente, interplanetario, minifalda, proabortista, revender, sobrecargar, superespía, ultraligero, vicedirector, etc.

Veamos un ejemplo concreto, el prefijo anti- que significa «opuesto», «contrario», «que combate o evita»: anticristo, antipapa, antiabortista, antifascista, anticonstitucional, antimonopolio, anticongelante, anticorrupción, antimafia, antiniebla, antirrobo, antivirus, antiambientalista.

Como se observa, en todos los ejemplos aportados, el prefijo debe escribirse soldado (unido) a la base a la que afectan siempre que esta sea univerbal, es decir, siempre que esté constituida por una sola palabra. Así, no se consideran ortográficamente adecuadas la grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (o sea, es incorrecto escribir anti-mafia, anti-cancerígeno, anti-ambientalista).

Excepcionalmente, se admite el empleo del guion intermedio para marcar en una palabra la frontera entre el prefijo y su base cuando ello sea preciso para la correcta comprensión del derivado. Con este recurso se pretende poner de manifiesto que un término debe interpretarse, no en su sentido habitual y asentado, sino de modo literal, como resultado de aplicar a la base léxica el sentido del prefijo en su actual valor productivo:

«Carmen Naranjo en su búsqueda por re-presentar (o volver a presentar) en la escena del lenguaje lo que percibe, hace un sorprendente recorrido…»

Pero se trata de un recurso que debe emplearse de forma restringida solo cuando venga exigido por una clara necesidad de precisión conceptual, o bien en obras en la que prime la creatividad o la voluntad de estilo. Es decir, no es un caso de uso común como los ejemplos antes aportados.

Pero sí existen situaciones en que los prefijos deben ser escritos necesariamente unidos a la base mediante un guion o separados de ella.

¿Cuándo podemos unir un prefijo a su base con guion o separarlo de ella?

Los prefijos se unirán con guion a la palabra base cuando esta comience por mayúscula (nombre propio o sigla): anti-Musolini, anti-OTAN, . Esto sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra.
También será necesario emplear el guion cuando la base sea un número, con el fin de separar la secuencia de las letras de la de cifras: sub-21, super-8.

Por último, los prefijos se escriben necesariamente separados de la base que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Ejemplos: ex alto cargo (pero exesposo), anti pena de muerte (pero antiambientalista), pro derechos humanos (pero provida), pre Segunda Guerra Mundial (pero previsto), súper en forma (pero superrico), vice primer ministro (pero vicedirector).

Por lo antes expuesto, se advierte que por lo general los prefijos deben ir soldados a la base léxica y cuando así no ocurre (o sea, cuando van unidos con guion o separados de la base), son casos excepcionales.

Asimismo, si un prefijo termina con una vocal y el segundo elemento (o base) empieza con «r-», es necesario duplicarla para mantener su sonido fuerte: antirrecesión, antirrobo, vicerrector, corresponsable.

Por otra parte, cuando el prefijo anti- se une a una palabra que empieza por i-, es preferible simplificar la grafía -ii- cuando esa simplificación no cree confusión y las dos vocales se reduzcan en la pronunciación: antincendios, antinflamatorio, antimperialista. Cuando se destaca la expresión «es preferible», significa que puede escribirse de ambas formas y las dos son correctas: antiincendios, antiinflamatorio, antiimperialista.

No obstante ello, la doble vocal -ii- debe mantenerse en las voces resultantes de unir el prefijo semi- a palabras que comiencen con el prefijo i- con significado de privación o negación: semiilegal (semi + ilegal), semiiletrado (semi + iletrado), semiirregular (semi + irregular), para poder diferenciarse con aquellas palabras en que la base carece del prefijo privativo i-: semilegal (semi + legal), semiletrado (semi + letrado), semirregular (semi + regular). Lo mismo ocurrirá con cualquier prefijo terminado en -i en una palabra cuya base contenga el prefijo privativo i-: archiilegal (archi + ilegal), diferente de archilegal (archi + legal).

Fuente: «La escritura de palabras con prefijos», Ortografía de la lengua española. Real Academia Española (2010), pp. 531/544.