En la mayoría de las palabras que conforman nuestro idioma, la «h» se ha mantenido en nuestro sistema ortográfico por razones etimológicas o de uso tradicional consolidado.
Pero hay un grupo de haches del español que responden a razones histórico-gráficas consolidadas por el uso y no por razones etimológicas: se trata de la «h» que se escribe siempre (salvo contadas excepciones) delante de los diptongos /ua/, /ue/, /ui/ tanto en posición inicial de palabra con en posición interior a comienzo de sílaba, esté o no justificada esa «h» por la etimología.
Ejemplos: huelga, huella, huérfano, hueso, huerto, huir, deshuesar…
¿Por qué se utilizaba esta «h» delante de la «u»? Porque antiguamente la «u» (vocal) y la «v» (consonante) compartían el mismo grafema (se escribían de la misma forma) y fue necesario utilizar esa hache para indicar que las palabras comenzaban con «u» y no con «v».
Ejemplo: se colocaba la «h» para evitar que ueso se leyera como veso /béso/. Y si la primera letra tenía valor consonántico («v») no se colocaba la «h»: velo necesariamente debería leerse como /bélo/.
El origen puramente gráfico del uso de la «h» ante los diptongos de /u/ más vocal, explica que se escriban con ella (con «h») palabras que no la tienen en su etimología. Y uno de esos casos es la palabra que nos ocupa: «huérfano» (del latín orphãnus) no posee en su misma familia la «h»: «orfanato», «orfandad» justamente porque no presentan la «u» inicial.
Otros ejemplos similares:
«hueco» (del latín occãre) --- «oquedad»
«hueso» (del latín ossum) --- «óseo», «osario», «osificar»
«huevo» (del latín ovum) --- «ovario», «óvulo», «ovalado», «desovar»
La misma explicación vale para las diferencias de igual tipo que se observan entre las formas de un mismo verbo:
«oler», «olía», «oleremos», «olió» --- pero --- «huelo», «huele», «huelas», «huelan»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu consulta va a aparecer publicada en el blog una vez que el administrador lo autorice. Disculpá las molestias